Jeanine Añez, ¿por qué odia a los indígenas?

1 12 2019

 

¿La Malinche latinoamericana?

 

Por Ollantay Itzamná
(Tomado de Rebelión)

La autoproclamada gobernante inconstitucional de Bolivia, Jeanine Añez, por su apellido aparenta ser descendiente del Escudo Añez de Sevilla, España. Y por su primer nombre, de alguna comunidad francófona o anglófona. Pero, sus facciones físicas (frente y pómulos pronunciados, nariz semiaguileña, labios diminutos y gruesos cabellos) la delatan como una aborigen andina boliviana, muy a pesar de su cabello teñido.
En las repúblicas criollas fue (y aún lo es) muy común la castellanización (o traducción) de los apellidos indígenas para ser “permitidos” como ciudadanos en los estados etnofágicos.

Así, por ejemplo, los Mamani (que en aymara significa águila) se inscribían en el Registro Civil como Aguilar, Halcón, etc. Los Qhespi eran registrados como Quispe, Quisbert, etc.

En el caso de la boliviana autoproclamada, Jeanine Añez, su apellido inicialmente fue Añas (que en quechua significa zorrino), pero sus ancestros lo castellanizaron como Añez para evitar y/omitigar la discriminación racial cotidiana, y así intentar legarle “ciudadanía”

Con seguridad que los ancestros inmediatos de Jeanine migraron de la zona andina de Bolivia hacia el amazónico Departamento de Beni, en las olas migratorias internas promovidas por el Estado boliviano, durante el pasado siglo. Y, como toda migrante andina de segunda generación, Ella se asumió más camba (habitante del Oriente del país) que los mismos aborígenes del lugar.

¿De dónde proviene el racismo y fundamentalismo de Jeanine Añez?

Los diferentes mensajes racistas y fundamentalistas posteados en sus redes sociales contra los pueblos indígenas, la frialdad con la liberó de responsabilidades penales, mediante Decreto, a los militares y policías que masacraron bajo su mandato a más de 30 aymaras y quechuas en cuestión de horas, y la naturalidad con la que es capaz de discursear a sus víctimas sobre la “cultura de la no violencia”, en un país con calles impregnadas con aroma a sangre humana fresca, nos indica que Añez es una mujer racista deshabitada. Lee el resto de esta entrada »





La guerra que dejó a Bolivia sin mar

29 04 2011

                                           bolivianos
Por Félix López (periódico Granma)

Este 29 de abril los bolivianos celebran el Día del Derecho a la Recuperación Marítima. Granma indaga cómo fue que el mapa de ese país se quedó sin costas…

Cuenta Eduardo Galeano que un niño boliviano pidió a su padre, como regalo, que lo llevara a conocer el mar. Juntos emprendieron un viaje que parecía interminable. Al llegar a la costa y ver aquella inmensidad azul ante sus ojos, el pequeño le hizo un segundo reclamo a su viejo: «Papá, ahora enséñame a mirarlo».

Más allá de la poesía que encierra esta imagen, es ella la síntesis de un problema nacional para los bolivianos: la pérdida del mar que alguna vez atesoraron en su geografía. ¿Qué ocurre cuando la guerra cambia las líneas fronterizas en los mapas? ¿Quiénes despojaron a Bolivia de su salida al mar? ¿Cuánto hay de razón en el reclamo de los bolivianos?

SALITRE DE LA DISCORDIA

A mediados del siglo XIX el desierto de Atacama había adquirido un gran valor económico debido al descubrimiento de los valiosos yacimientos de guano y salitre. Esos hallazgos se convirtieron en la manzana de la discordia, que Bolivia, Chile y Perú se fueron a discutir en la Guerra del Pacífico.

Pasó un siglo y más del conflicto y todavía hoy existen discrepancias entre historiadores y geógrafos bolivianos y chilenos. Bolivia sostiene que el territorio de la Audiencia de Charcas (primero dependiente del Virreinato del Perú y luego del Virreinato del Río de la Plata), disponía de litoral. Chile lo niega o lo pone en duda. Lo cierto es que al fundarse la República de Bolivia (1825) —denominada inicialmente República de Bolívar—, Simón Bolívar define una salida al mar por Cobija (Puerto La Mar).

También es cierto que antes del inicio de la guerra, las Repúblicas de Bolivia y de Chile habían suscrito dos tratados de límite territorial: el primero de ellos en 1866 y el segundo en 1874. Ambos fueron ratificados y canjeados solemnemente en Santiago y en La Paz.

El 27 de noviembre de 1873, la Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta, una sociedad chilena formada por capitales chilenos y británicos, firmó un acuerdo con el Gobierno boliviano que le autorizaba la explotación de salitre libre de derechos por 15 años, desde la bahía de Antofagasta hasta Salinas, incluyendo el Salar del Carmen. Dicho acuerdo no fue ratificado por el Congreso boliviano, que entonces se encontraba analizando las negociaciones con Chile, que conducirían al tratado de 1874.

Pasó la guerra. Se olvidaron los muertos. Y Bolivia sigue siendo uno de los dos únicos países en América Latina sin litoral marítimo. En esa situación existen otras 42 naciones, de las cuales 30 se cuentan entre las menos desarrolladas y más pobres del planeta.

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41 años de la muerte física del Che

8 10 2008

Ya se cumplen 41 años de la muerte física del Che en Bolivia. Y su figura se multiplica cada año Foto del Chepor un número infinito que lo ha hecho pasar a la eternidad como el ejemplo del hombre que no puede ser superado.

 Pero no voy a detenerme en ello. Solo quiero comentar la noticia que corrió por el mundo a punto de cumplirse el 40 aniversario de este hecho: Mario Terán, el hombre a quien se encargó disparar contra el Che, había sido intervenido quirúrgicamente de cataratas por médicos cubanos que colaboran con la nación andina, en un hospital donado por esta Isla caribeña.

 El periódico Granma daba cuenta del acontecimiento con el título Che vuelve a ganar otro combate. El hijo de Terán, expresaba el articulista, había acudido al periódico santacruceño El Deber con la solicitud de que se le publicara una nota de agradecimiento a los galenos cubanos, que habían devuelto la visión a su padre.

Entonces me preguntaba si el asesino del Che podría entender que estaba recibiendo los frutos que este sembró, si a esas alturas podría medir la dimensión exacta del hombre a quien disparó. Si así fuera, bien amarga debió ser su existencia a partir de su disparo fatal.

Cuentan que en la escuelita de La Higuera aún se conserva la silla en la que estaría sentado el Guerrillero Heroico cuando este sargento boliviano entró a matarlo. No pudo hacerlo en el primer intento; la mirada de aquel hombre herido y atado fue demasiado para él. El sargento Terán halló mucho brillo en los ojos del Che, lo vio grande, como si se abalanzara sobre él.  En tanto, otros dos sargentos disparaban entonces contra los guerrilleros Willy (boliviano) y El Chino (peruano).

 Mario Terán necesitó de más bebida y promesas para cumplir la orden.  Aún así sus manos temblaron. Sus jefes tuvieron que conminarlo a que lo hiciera. Luego, estos lo remataron.

 Lo que aconteció después ha sido suficientemente divulgado. (Oslaida Monteagudo)