
El Che con su esposa Aleida March, su mamá Celia de la Serna y sus hijos Hildita, Aleidita, Camilo y Celia. El más pequeño, Ernesto, aún no había nacido.
Este 14 de junio se cumplen 90 años del nacimiento del guerrillero argentino-cubano Ernesto Che Guevara, a quien el mundo venera por las muestras de altruismo que lo llevaron a ofrendar su vida por los pobres del mundo, en tierras bolivianas. Los cubanos tenemos mucho que agradecer a este gigante, pero los santaclareños mucho más. No es por gusto que esta ciudad de Santa Clara, justo en el centro de Cuba —liberada por tropas a su mando—, guarda con celo sus restos y los de sus compañeros caídos en Bolivia en la misma gesta. Y como el domingo próximo es el Día de los Padres, he querido compartir una carta dedicada a sus hijos, que revela cuánta ternura abrigó para ellos.
«Hildita, Aleidita, Camilo, Celia y Ernesto: Si alguna vez tienen que leer esta carta, será porque yo no esté entre ustedes. Casi no se acordarán de mí y los más chiquitos no recordarán nada. Su padre ha sido un hombre que actúa como piensa y, seguro ha sido leal a sus convicciones. Crezcan como buenos revolucionarlos. Estudien mucho para poder dominar la técnica que permite dominar la naturaleza. Acuérdense que la Revolución es lo importante y que cada uno de nosotros, solo, no vale nada. Sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario. Hasta siempre hijitos, espero verlos todavía. Un beso grandote y un abrazo de papá».