A mi madre

7 05 2009

Con tantos palos que te dio la vida

 y aún sigues dándole a la vida sueños

                                    Fayad Jamís

 

uca.jpg

                                     

 Quiero imaginar que desde algún ignoto paraje puedes enterarte de este pequeño homenaje que desde hace años te debo.

Quiero hacerlo pidiendo prestadas sus palabras al poeta Fayad Jamís.

Sí, porque fuiste una loca que jamás se cansó de abrir ventanas y sembrar luceros.

 Con tantos palos que te dio la noche,
tanta crueldad, frío y tanto miedo.
 

Catorce años hace que te marchaste, y todavía y para siempre cada minuto mío te pertenece. Todavía y para siempre eres una loca de mirada triste que solo sabe amar con todo el pecho, fabricar papalotes y poemas y otras patrañas que se lleva el viento.

Todavía y para siempre sigues siendo una pobre loca de esperanzas que siente cómo nace un mundo nuevo.

Con tantos palos que te dio la vida, y nunca te cansaste de decir “te quiero”.

Para que ello fuera así se necesitaba de mucha riqueza espiritual, y a ti te sobraba.

Sí, porque siempre que tu existencia lo requirió, acudiste a la fantasía para adornar tus días tristes.

Es verdad que la vida fue cruel contigo, pero es verdad también que tú sabías, como nadie, capear los temporales.

 ¡Qué tiempos tan duros te tocó vivir!  

La miseria, el desamparo y las enfermedades se empeñaron en desprender pedazo a pedazo cada parte de tu alma.

Te quitaron a tus padres primero, a tu primer hijo de un año cuando solo tenías ese, a tu esposo (mi padre) un día después de que tu hija menor llegara al mundo y, por último, perdiste a esa hija menor, que era la quinta de tu prole, cuando solo hacía diecinueve años que la habías traído a la existencia, y aún así no perdiste la sonrisa.

Lee el resto de esta entrada »