Hay que “modificarle la salud”
POR JEAN-GUY ALLARD (Granma)
En Miami, santuario terrorista creado por la CIA para su guerra sucia contra América Latina, la policía federal norteamericana, supuestamente encargada de la lucha contra el terrorismo, sigue permitiendo abiertamente las amenazas de muerte y los actos de terrorismo, mientras estén dirigidos contra Cuba.
Lo demuestran de manera irrefutable hechos ocurridos en las últimas semanas, entre los cuales destaca una llamada telefónica realizada por un oyente de un conocido programa radiofónico, durante varios minutos, sin miedo alguno a ser localizado e inculpado por los servicios de seguridad, dijo que a René González, uno de los Cinco cubanos secuestrados por la justicia norteamericana, había que «modificarle la salud» en vez de dejarle regresar a la Isla, tal como lo solicitó.
El incidente —que si fuera dirigido en contra de alguna autoridad estadounidense se hubiera convertido en espectacular operación policíaca— ocurrió el pasado miércoles 27 de junio en el programa La tarde se mueve cuando el locutor cubano Edmundo García preguntó a sus oyentes qué pensaban sobre la nueva solicitud de René González.
Dieciséis de las 25 llamadas recibidas fueron a favor de que el cubano regrese a Cuba, 13 de ellas expresando argumentos solidarios con el Héroe cubano.
Sin embargo, dos llamadas fueron claramente hostiles y una de ellas incluyó amenazas de muerte.
La siguiente versión escrita de la llamada amenazadora enseña cómo el ofensor desea que a René González no se le permita regresar a Cuba para poder agredirlo, asesinarlo, confirmando cada advertencia hecha desde su liberación de la cárcel. El Héroe cubano tiene que cumplir tres años de libertad supervisada, un suplemento cruel e injustificado a sus años de prisión en el país que da cobertura a los terroristas que entrenó y utilizó, y que castiga a los antiterroristas que penetran a la mafia que generó.
«Que se quede, yo quiero que se quede, y mientras más sufra él y la familia separados mejor para nosotros, que se quede aquí», empieza por decir el oyente, de manera evidente un miembro activo de la cofradía terrorista de Miami.
—Ah, y que cuando se quede a vivir en Estados Unidos pueda… , dice García y el diálogo sigue así:
—Oyente: Él no se va a quedar, él no se va a quedar, mira lo que le pasó a Airline Brokers, así le puede pasar a él, igualito.
—E.G.: Ah, ah, qué interesante…
—Oyente: El no es bobo, él sabe que…
—E.G.:Tú estás reconociendo que habría la intención de hacerle daño.
—Oyente: Claro, y con mucho gusto, por supuesto…
—E.G.: Tú acabas de decir que estarías dispuesto a que fuera asesinado, ¿no?
—Oyente: Que le modifiquen (la salud)… que le pase lo que tenga que pasarle… Eso lo sabe todo el mundo.
—E.G.: Usted ha dicho que hay gente aquí que quiere hacerle daño y asesinarlo.
—Oyente: Por supuesto, por supuesto… «.
Dichas en otra ciudad, estas expresiones de odio pudieran valorarse como estupideces expresadas por un desequilibrado, en una sociedad donde la violencia predomina en numerosos momentos de la vida colectiva. Lee el resto de esta entrada »